lunes, 2 de enero de 2012

III

"Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos, esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo, te rendirás y buscarás a esa otra persona que acabarás encontrando. Pero te aseguro que no pasarás una sola noche sin necesitar otro abrazo suyo, o tan siquiera discutir una vez más… Todos saben de qué estoy hablando, porque mientras estabas leyendo esto se te ha venido su nombre a la cabeza. No te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (lo sustituirás por la calma), pero te aseguro que no pasará un día en que no desees que estuviese aquí para perturbarlo. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias."

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