martes, 3 de marzo de 2009

Recuerdo ... y los boleros de mi madre que me acompañan a la distancia.

y ella viene a visitarme, me coge de la mano y me habla desde muy cerquita, me cuenta historias de niños, como si con eso me fuera a encontrar algún consuelo a su ausencia. La próxima vez le voy a decir que porfavor se olvide, que porfavor no vuelva. Ya no quiero seguir estudiando más, para qué, pedazo de cordero. Ahora sólo tengo tiempo para mirar a mi ventana, la que antes era de otra, y que yo he convertido en una ventana con forma de aguja y forma de iglesia, iglesias como esas que salen pitandas en las enciclopedias. Y también tiene forma de aguja, de ojo de aguja. Y la cúspidede la iglesia y la punta de la aguja están sostenidas por 6 barrotes largos, grises, en forma de lanzas. Y mi mundo mide 3 x 1.76 metros. Y mi mundo posee 3 centímetros de cielo limpio, más allá de los árboles, más allá del edificio de 52 pisos que levantaron al otro lado del alambre de púas, y que me robó casi todo el cielo de mi mundo. Y en las noches no puedo ver la luna. angelitos empantanados.

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